ALGUNOS APUNTES DE LA GUERRA DEL FRANCÉS EN OTRAS POBLACIONES DEL VALLÉS OCCIDENTAL

Matadepera
Sant Julià d'Altura
Sant Cugat del Vallès
Cerdanyola
Castellar del Vallès

MATADEPERA EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA


......El día 2 de mayo , en Madrid, se había producido un alzamiento contra los invasores, que fue como la señal de inicio de una guerra abierta de todo el país contra los franceses. En todas las provincias se erigieron juntas de defensa a las cuales se les confirió la suprema autoridad. Napoleón contaba ya entonces con 150.000 hombres en España. En Barcelona, Duhesme, publicaba el bando siguiente:

"TODO EL PUEBLO GRANDES O PEQUEÑOS QUE SE ATREVA A LEVANTARSE SERÁ PRIVADO DE SUS PRIVILEGIOS Y DESARMADO; Y SI SE DERRAMARA SANGRE FRANCESA SERÁ QUEMADO Y SUS AUTORIDADES QUE NO HAYAN CONTENIDO LA TURBULENCIA, SERÁN JUZGADAS CRIMINALMENTE"

Fragment de l'obra de Francesc Torras "Sant Antoni de Pàdua" on es representa l'assalt de les tropes franceses a la casa vella de l'Obac, prop de Vacarisses.


Imatge cedida pel Museu de Terrassa.


Este bando no fue muy acogido en Cataluña. En Lleida primero y después en Manresa, se quemaron públicamente en una hoguera los paquetes de impresos con el bando sellado por los franceses.

Ante esta "provocación", el sábado cuatro de junio del 1808, una división del ejército francés compuesta por 3.800 hombres y a las órdenes del general Schwartz, partió de la ciudad condal en dirección a Manresa para ir a reprimir a los manresanos. Un fuerte e inesperado temporal retuvo esta división en Martorell hasta el día siguiente por la mañana del día seis. Esta presencia en Martorell y este atraso se extendió por toda la comarca del Vallès y del Bages, rápidamente. Todo el mundo se preparó a repeler la agresión que los franceses iban a llevar a cabo contra los manresanos.

LA BATALLA DEL BRUC


Los hombres del Somatén se dirigen a diferentes puntos, entre ellos al Bruc, suponiendo que este podía ser uno de los caminos elegidos por los franceses. Acertada , y aquel mismo día seis, coincidiendo con la declaración de guerra a Napoleón por parte de la Junta Suprema del Gobierno de España, las tropas napoleónicas reciben uno de los más grandes descalabros de su historia por los riscos montserratinos del Brezo. Hombres de las comarcas vecinas con poca preparación, somatenistas, labradores y jornaleros la mayoría, junto con Isidre Lluçà y Casanovas, tamborilero de Santpedor, y Miquel Rigol, "trompetero" y pregonero de Piera, escribieron una de las más bellas páginas de la historia de la Guerra de la Independencia.

REACCIÓN EN TERRASSA Y REFUERZOS EN EL TRUEQUE

La noticia de la victoria en el Bruc, llegó muy pronto a la alcaldía de Terrassa presidida entonces por el grande patricio y fabricante de profesión Salvador Vinyals y Galí, el cual lo comunicó inmediatamente a su colega de industria en aquel tiempo elegido diputado por Terrassa, Joaquim Sagrera y Domènech. Los dos se ponen rápidamente en acción y el somatén de Terrassa sale también a enfrentarse con los franceses en retirada. Según Salvador Cardús, un monje de Montserrat dejó un manuscrito que Cardús pudo examinar que decía:

"Abriremos fuego (los somatenes) al puente de Abrera el mismo día seis de junio y así se hundió el carro con un cañón del 4 que tomaron los nuestros: Tan aterrados iban los franceses, que si llega el Somatén de Terrassa, que retrocedió, y se levanta el de Martorell, no vuelve ni uno en Barcelona".

La Junta de Manresa, temerosa que los franceses quisieran intentar el castigo, dio órdenes activas para reforzar Can Massana, el Coll del Daví y el Trueque, situada al camino real de Terrassa en Navarcles y en territorio de Matadepera. La orden decía textualmente:

"A los señores Comandantes del Coll del Daví. En virtud del oficio que acaba de recibir, la ilustre Junta, del Alcalde de Sabadell, por indisposición del Comandante de Vic y motivos que expresa, ha acordado que todos los sometentes de esta posición se coloquen al Trueque como punto fijo, y que el señor Alsina, con una buena fuerza de somatenes, vaya inmediatamente en Sabadell y abre de acuerdo con el primer Comandante de Vic. Igualmente ha acordado que Vms. eligiesen los ayudantes de campo de entre aquellos sometentes que juzguen más a propósito. Manresa, 10 de junio del 1808."

Muy pronto se formó la Junta del Vallès que estaba bajo las órdenes del alcalde de Terrassa, Salvador Vinyals y Galí.

SOMATENES DE MATADEPERA

El secretario de la mencionada junta, Miquel Labrador, el 12 de junio de 1808 extendió en Granollers la orden siguiente por acuerdo de la Junta del Vallés, y dirigida a los pueblos del Vallés Occidental:

"Los pueblos de este partido que estan al margen afrontaron inmediatamente el lugar donde los destinaba el Alcalde de Terrassa, los hombres del somatén que se perciben, los cuales relevarán dichos pueblos con la conforme que les parezca bien y los tendrán que mantener existentes en aquel punto, hasta que les sea mandada otra cosa por la Junta General de Gobierno de este partido, con enteramiento de que no cumpliendo los *mencionados pueblos con los que se les mande serán castigados por su omisión".

Las fuerzas, permanentemente a las órdenes del alcalde de Terrassa Salvador Vinyals, las componían 295 personas pertenecientes a las poblaciones siguientes:

Terrassa, 50; Las afueras de Terrassa 20; Sabadell, 44; Sant Feliu de Codines, 41; Sant Cugat, 36; Caldes de Montbui, 35; Sentmenat, 15; Castellar y Sant Feliu del Racó, 12; Rubí, 10; Sant Llorenç Savall, 10; Cerdanyola, 4; Polinyà, Santiga y Gallifa, 3; En Matadepera les correspondió de aportar 6 somatenes. En principio, la cantidad de somatenes solicitados no fue excesiva en comparación con la población existente, puesto que Matadepera contaba entonces con unos 400 habitantes repartidos entre las masías y entre las primeras casas del pueblo actual, que empezó a formarse el 1772, al construir viviendas los trabajadores de las masías cercanas.

SOMATENES DE MATADEPERA EN LA SEGUNDA BATALLA DEL BRUC

..Los somatenes de Matadepera intervinieron el día 14 de junio en la segunda batalla del Bruc, junto con los compañeros de armas del Vallés, derrotaban nuevamente los franceses después de una lucha sangtienta. El día siguiente, la Junta de Manresa propuso al general José Palafox atacar al enemigo por tres puntos: Molins de Rey, Igualada y Can Massana y disponer del somatenes de Vic y del Vallés. Cerca de Molins se entregó un gran combate en el cual intervinieron los de Matadepera junto con los sometenes de Terrassa. El día 20 de este mismo mes, cumpliendo órdenes superiores, el alcalde de Terrassa dispone que se proceda a alistar todos los hombres de la comarca desde los 16 a los 40 años. Los primeros a incorporarse al ejército tenían que ser solteros, seguidamente los casados y viudos, empezando por los que no tuvieran hijos. En esta lista hubo un buen número de mataperencs movilizados.

A los meses siguientes, los enfrentamientos se fueron sucediendo en varios puntos cercanos. En el Coll de Montcada se entregaron distintos combates y a mediados de julio los franceses se apoderaron de parte del Vallés. Los vallesanos, y entre ellos los de Matadepera, pasan tiempos mucho *angustiados porque se ven bastante indefensos , puesto que los mayores contingentes de fuerzas están situados en los alrededores de Barcelona y de Manresa, donde ante el miedo a llevar un ataque se han reforzado en los alrededores de una forma importante, mientras que en el Vallés no son muchos los defensores -según el alcalde de Terrassa, Salvador Vinyals, son escasísimos -, y los habitantes de los pueblos se sienten abandonados. Salvador Vinyals sugirió que las fuerzas fueran dirigidas por militares de graduación para evitar la desorganización entre los improvisados batallones catalanes. Su sugerencia fue aceptada en parte. Así, el 7 de agosto se encontraban en Terrassa tres compañías de *fusileros del Regimiento de Soria, a las órdenes del conde de Cadaqués, una compañía de granaderos del Regimiento de Borbón y dos mil *miqueletes y *sometentes comandados por el coronel *Baget.

Por la tarde salieron de Terrassa en dirección a Girona, donde derrotaron las tropas francesas que tenían la ciudad asediada.

EL CAPITÁN FRANCISCO BARATA

El día 2 de octubre de 1808 el coronel Milans del Bosch dió cuenta de un hecho heroico en el cual intervinieron militares tarrasenses, entre los cuales hay un natural de Matadepera, el capitán Francisco Barata. El documento decía textualmente: "Participo a V.S. Que al mismo tiempo había mandado a los capitanes don Francisco Barata y don Segismon Parara que se presentaran tocando a la Trinidad figurando atacar; con objeto de impedir los socorros, los que no se contentaron con figurarlo sino que atacaron; y como los franceses creyeron que los ingleses habían hecho un desembarco, se retiraron hasta el lugar de San Martí; habiéndose distinguido en esta acción los mencionados capitanes y también don José Parara." Don Franciso Barata, que residía entonces en la calle Cremat, de Terrassa, era un capitán agregado al Regimiento de San Fernando, y era natural de la parroquia de San Juan de Matadepera. Murió en el año 1814, en su casa , de la calle Quemada de Terrassa. Matadepera en aquellas fechas era lugar de paso de militares y tropas. Los unos para dirigirse en Caldes, Castellar y Terrassa, y los otros para circular hacia Manresa por el Trueque. El Mayor de Brigada del Real Cuerpo de Ingenieros, Ramon Folguera, y Francisco Sampons, médico militar, inspeccionaron Caldes, Castellar, Matadepera y Terrassa con la idea de preparar la ubicación de un Hospital de Campaña al pueblo que ofreciera mejores posibilidades. Francisco Barata fue un incansable luchador contra los franceses y defensor de la independencia de la tierra de sus mayores. Sin descanso, pasando hambre y sueño, Trueque dirigía las tropas a su cargo con dedicación y entrega total. El barón de Maldà es él con estos términos: "Han llegado esta tarde (3 de enero de 1809) en Moià, partidas de migueletes que los pasan a Manresa; y en casa del Regente donde se alojan (...) hemos cenado con Trueque y un tal Sierra y se han rehecho con una cena abundante con caldo de gallina, pescado frito, que era merluza...y platillo de carne con cebolla, hartándose bien los casi muertos de hambre, que han peleado noches y días expuestos a todas las inclemencias del tiempo." Maldà explicaba que Barata y los suyos eran continuamente fustigados por los fuegos de franceses en las montañas y al plan, que dormían o descansaban al raso en los pajares y que por eso se les habia dado un buen descanso dormir en una cama de casa del Regente. En otra nota posterior, barata escribía que "Trueque, Serra y los otros se han ido hacia Manresa para poder apalear a los *gavachos".

COMUNICADO PATRIÓTICO DEL ABOGADO ANTONIO BARATA Y MATAS.

En los primeros años de la guerra de la Independencia destacó, de una forma especial, el prestigioso abogado Antonio Barata y Matas, nato de la casa solariega del Trueque, del término de Matadepera, perteneciendo a la Parroquia de San Juan del mencionado pueblo. Era hijo de Juan Barata y de Antonia Matas. Tenía dos hermanos: Pedro y Juan. El 6 de agosto del 1808, al constituirse el nuevo gobierno o Junta Superior del Principado de Cataluña, el señor Barata, diputado de la *vegueria(territorio del veguer) de Mataró, fue nombrado vocal de la citada Junta. Por decreto de la Junta Superior del mismo día, Cataluña quedaba distribuida en catorce *vegueries, cinco de las cuales correspondían en la provincia de Barcelona: Barcelona, Vic, Manresa, Igualada y Mataró, la última de las cuales comprendía todas las poblaciones del Maresme y del Vallès.

Durante los años 1807-1808, el "Dr. Antonio Barata, abogado de la Real Audiencia de Barcelona, donde estaba domiciliado" actúa constantemente como asesor del alcalde de Terrassa, Salvador Vinyals, que dejó el cargo para lanzarse a la defensa de la Patria invadida. Su lugar fue ocupado desde en el año 1808 al 1813 por su hermano Juan Barata, abogado de los Reales Consejos, domiciliado en la casa del Trueque.

La actuación de Antonio Barata en el seno de la Junta Superior del Principado de Cataluña, fue muy eficaz y resaltó por su ardiente patriotismo, demostrado en todo lugar y en todo momento.

El general del ejército invasor efectuó una oferta de submisión a todos los responsables de la defensa del Vallès, donde les proponía que depusieran las armas y volvieran tranquilos a sus casas, puesto que el ejército francés solamente hacía la guerra a las tropas regulares, no a los paisanos. La respuesta de los *vallesanos no se hizo esperar. El sábado de gloria de aquel 1809 y desde el campamento estando en Granollers donde se encontraba la comandancia de los paisanos defensores de esta zona, constituidos en Junta del Vallés, enviaran al general invasor un escrito en que hablaban de su honor al defender la Patria. Le decían también que solamente atenderían las órdenes del general que mandaba en Cataluña las tropas españolas y finalizaba con estas líneas:

"El general Saint-Cyr y sus dignos compañeros, podrán tener la funesta gloria de no ver en todo este país más que un montón de ruinas; podrán gozar como los caníbales de pasearse sobre los cadáveres que ha sacrificado su furor, *pero ni ellos ni su amo no dirán jamas que este partido del Vallès se dejó poner el pie al cuello, cosa que justamente rehusa toda la nación."

Esta dió pie a Antonio Barata porque dirigiera el siguiente comunicado a la Junta del Vallés que, tal como ya se había indicado, residía en Granollers:

"En medio de los males que nos rodean me han llenado de satisfacción el oficio de VS del 2 de la corriente, y la Proclama, y la respuesta dada al General francés. Puede V.S. Restar persuadido que la *gloria de mis paisanos la miro como propia.

(....)Servirá este territorio del veguer, de ejemplar y modelo a las otras, manifestándolos con las obras , que la gloria y el premio no se consiguen sin esfuerzo, y que no merecería particular recomendación a su patriotismo, si no hubiera sido sostenido y conservado en medio de tantos males como le ha reportado. Me glorio de ser hijo del *pais del valor, y hermano de unos pueblos que no conocen ninguna otra tranquilidad y cabe otro bien que el triunfo de la razón y de la justicia y la persecución del vicio. Los próximos siglos tendrán a la vista estas gloriosas, y aprenderán la manera como tienen que traerse para no permitir nunca más el yugo extranjero y la dominación de un tirano... Si los pueblos de España se llevan como los del Vallès, venceremos y destronaremos el tirano del Europa...

Me vanaglorio de tener el honor de ser representante de un pueblo valiente y honrado, que aunque no reporte ningún premio, tendrá la satisfacción de haber cumplido enteramente sus deberes. (...) Firmado: Antonio Barata."

Al cabo de un mes de haber escrito esta carta, Antonio Barata y el representante de la junta Central Tomás de Veri se citaron en Vilafranca del Penedés para reunirse en secreto los días 6 y 7 de mayo con dos representantes de los patricios barceloneses para tratar de la conspiración que el día 11, fiesta de la Ascensión, tenía que iniciarse en Barcelona. La conspiración fatalmente fracasó y se produjo un buen número de víctimas.

La Junta Superior de Cataluña, que no tenía residencia fija y obraba de acuerdo con las necesidades de la guerra, se estuvo de mayo a octubre de en el año 1809 en el Real Monasterio de Poblet, monumento histórico que se convirtió en residencia de esta Junta, de la cual Antonio Barata era vocal. A la sombra de los bellos claustros y al rescoldo de las tumbas de los Reyes, recobraron el aliento aquellos verdaderos patricios, bastante afligidos durante aquellos meses.

Son innumerables los documentos del Gobierno del Principado que traen la firma y el espíritu de Antonio Barata, el último de los cuales es el Bando dirigido a los catalanes el 6 de diciembre del 1809 y el "Manifiesto de la Junta Superior del Principado de Cataluña" del 20 del mismo mes.

LUCHA EN MATADEPERA

El día 9 de enero del 1809 se firmó en Londres un Pacto de Alianza entre España e Inglaterra para combatir los franceses. Gracias a este pacto, la ayuda inglesa fue, en momentos decisiva para no sucumbir definitivamente al invasor. En el Vallès hubo diferentes generales ingleses, entre los cuales había *Reding, *Doyle y Luis *Wimpffen. Este último intimó con Joaquin Sagrera, en casa del cual se alojó en diversas ocasiones. El 24 de marzo del año 1809, llegó *Wimpffen al hostal del Trueque, después de haberse retirado en Terrasa debido a una fuerte ofensiva francesa. A la retirada había pasado por Matadepera para apostarse con sus hombres al Trueque, donde instaló su cuartel general en el hostal que había en aquella zona. Desde allí envió el siguiente comunicado a la Junta de Manresa, solicitando refuerzos para sus menguadas fuerzas:

" Los enemigos, en fuerza de seis o siete mil hombres, me han obligado a abandonar el punto de Terrassa después de haberles puesto toda la resistencia todo lo posible como me lo permitieran mis fuerzas. He enviado parte de mi tropa a reforzar los puntos del Brezo; otros se encuentran a can *Ubac y me encuentro con otra parte en este punto. La precipitación con que los enemigos atacaron, que fue casi antes de saber su llegada en Molins de Rey, no permetí que se extrajeran los víveres que existían en Terrassa a mucha distancia del pueblo. Por esto y por no haber venido las acémilas que por disposición de los Comisionados de la Real Hacienda se los pidieron, serán, quizás, la causa que me obligará a abandonar este punto, y todavía más porque no tengo ni una acémilas para hacer buscar las municiones que se depositó en uno de los pueblecitos de entremedias. Aún así procuraré de mantenerme tanto como sea posible, pero convendrá que V.S. *Envie parte del *sometente práctico en el tránsito por estas riscales y montañas, tanto en cuanto a guiar las tropas como para ocupar las alturas y oponer mayor resistencia al enemigo en caso de que este intentara penetrar por este punto. Todo esto lo participo a V.S.(...)Hostal del Trueque, 24 de marzo de 1809. -Luis *Wimpffen-

Muy ilustre Junta Gubernativa de Manresa."

Este mismo día los franceses entraron a Terrassa. sostuvieron una ensañada lucha con quienes protegían la ciudad. Atravesaron la ciudad y llegaron al término de Matadepera, donde segué la contienda. Desde Moià se sentía perfectamente el tiroteo, que lo situaban en Terrassa y también en la montaña de Sant Llorenç de Montón. Los soldados franceses saquearon muchos domicilios de Terrassa y las masías cercanas. Según que escribió el barón de Maldà, el día 27 de aquel mes, y por una noticia que le dio padre Pau -vicario de la parroquia de Moià-: "Los franceses han atacado el Trueque, bajo San Llorenç de Montón aunque los han peinado bien, que es como decir que han muerto 150."

FRANCESES AL TRUEQUE

Más tarde, las fuerzas locales se vieron obligadas a retirarse del Trueque, que fue ocupada por los franceses hasta mediados de marzo del 1810, después de haber entrado antes en Manresa, que estaba desierta por la fuga de sus habitantes que lo abandonaron, y se dirigieron a Barcelona. Viéndolos en retirada, las fuerzas catalanas fueron a su encuentro y los derrotaron a San Julià de Altura.

*Milans del Bosch escribió que "resultaron de esta acción unos quinientos muertos enemigos, entre los cuales había doce oficiales y una mujer de la familia del general: doscientos noventa y nueve prisioneros, contando dos mujeres, debe de oficiales, tres cirujanos y el médico de su ejército; se escapó el general *Schwartz con dos heridos y muerto el caballo que montaba y unos trescientos hombres, la mayor parte sin mochila, hacia Barcelona. Decía también *Milans en su comunicado que "habiéndose enterado el *subteniente del primer batallón de la Legión Catalana, Gabriel Quintana, que algunos oficiales franceses estaban escondidos en la casa llamado Trueque, derrumbó con sus mismas manos la puerta de la casa, e hizo prisioneros tres oficiales y dos cirujanos que había dentro".

INCENDIO DEL CENOBIO DE SANT LLORENÇ DEL MONTÓN



Los franceses, a pesar de los reveses, no reculaban con su afán de saqueo y destrucción. Por eso el Jueves Santo, 30 de marzo de 1809, ascendieron hasta la Mola de Sant Llorenç de Montón y entraron al antiguo cenobio donde quemaron los altares. Según Salvador *Cardús, que pudo acceder a los archivos del Barón de Maldà, este, en su dietario se hizo eco del suceso con las frases siguientes:

"Se ha hecho de día con el cielo sereno y también con sol tras las montañas de Castellterçol la nieve todavía se ha derretido; el *escarpada y alta montaña de Sant Llorenç de Montón que aunque cuesta tanto de subir, los franceses, como demonios, han subido; y se puede decir que los demonios los guían para causarnos mal a nosotros y cómo que maleza nunca muere, todos ellos son el azote de la humanidad que Dios ha permitido para nuestro castigo, porque lo merecemos y por *amansar con mejores obras la Divina Justicia."

El templo quedó desolado y no pudo ser habitado hasta el 1868, año en que el Reverendo Dr. Antonio Vergés y *Mirassó emprendió la grande *faenada de su restauración.

Estos días quemaron los Altares de San Julià de Altura y no perdonaron ni las sagradas imágenes ni los cadáveres de los sepulcros. Saquearon, también, Sant Cugat y Rubí.

SAN JULIAN DE ALTURA

Parroquia que existía ya en el año 1042, situada entre Sabadell y Matadepera, que tenía dentro de su demarcación el antiguo castillo de Ribatallada, propiedad inicial de los Montcada y que pasó después en la fortaleza de Castell Arnau. Sant Julià d'Altura había sido reconstruida el siglo XVII y cuando fue asaltada por las tropas napoleónicas formaba parte del Municipio de San Pedro de Terrassa.

TERRASSA CONVERTIDA EN CANTON

Pese a los duros reveses, los franceses no estaban dispuestos a abandonar España. En Cataluña seguían trayendo de cabeza al |jefe de la organización administrativa. El Mariscal del Imperio y Gobernador General de Cataluña, Augereau, decretó el día 6 de marzo de 1810 una nueva organización de Cataluña, la cual dividí en cuatro departamentos que eran: Montserrat, Ter, Bocas del Ebro y Segre. A cada departamento asignó una capital y la nueva organización política quedó de la forma siguiente: Montserrat, capital de Barcelona; Ter, capital de Gerona; Bocas del Ebro, capital de Lérida, y Segre, capital Puigcerdà. Los departamentos se dividían, pues, en subdepartamentos y se organizaban los lados de esta manera: Barcelona ciudad, cuatro; y además en más Terrassa, Granollers, Matadepera, Calella y Vilafranca del Penedés. En el cantón de Terrassa asignaron: Sabadell, Olesa, Sorbete, Cuadra de Clarà, Viladecavalls, Ullastrell, Sant Miquel de Toudell, Cuadra de Vallparadís, Sant Llorenç Savall, Sant Feliu del Racó, Sant Esteve de Castellar, Sant Pere de Terrassa, Sant Julià d'Altura, Sant Vicenç de Jonqueres, Sant Quirze de Terrassa, Sant Feliu de Vila de Milanys, Riusec, Rubí, Sant Cugat, Santa María de Companyà, Valldoreix, Sant Medir, Valldaura, Cerdanyola, Barberà y Matadepera.

Augereau, que implantó esta organización política en Cataluña, tenía una buena hoja de servicios, delante de sus sanguinarios superiores, pero estaba catalogado como un militar desaprensivo. Nació en 1757. Sus padres eran un criado y una vendedora de frutas. A los diez años ya había ingresado en el ejército. Recorrió Suiza y Nápoles, donde fue carabinero real y maestro de esgrima. En un año ascendió a general. Procuró atraerse la atención de Bonaparte, pero pronto se deshonró por/para sus robos y crueldades, hasta el punto que con su ejército llevaba/traía a las batallas una hilera de carros con su botín personal. Abultó que adquiría comprando a los soldados, por/para ínfimas cantidades, el producto de sus pillajes. Sus historiadores dicen que: "fue el que dirigió el memorable asedio de Gerona, donde no demostró en absoluto, sobre todo después de la rendición de Alvarez de Castro, grandes dotes de nobleza ni punto de honor militar".

Éste fue uno de los más altos personajes que Napoleó envió a Cataluña para doblarla, al igual que quiso hacer con España. Al final no pudo conseguirlo y esta ave de rapiña francesa se retiró a sus propiedades de la Houssaye, donde murió en 1816.

MAC DONALD PASA POR MATADEPERA DESPUÉS DE QUEMAR MANRESA

Manresa era un nombre que nunca olvidarían los franceses. Querían hacerle pagar su no adhesión y el hecho de que esta ciudad fuera la que junto con Lérida quemó los primeros bandos franceses. Para los franceses fue una fecha memorable el 30 de marzo de 1811, cuando/cuándo el mariscal Mac Donald y duque de Tarento se dirigió hacia Manresa en el frente de diez mil hombres.

Esteve Jacob Josep Alexandre Mac Donald había nacido en 1765 en Sedan. Oriundo de Irlanda, ingresó en el ejército francés en 1784 y por su atrevimiento en Yemmappes fue ascendido a general de Brigada. Luchó en Bélgica y en Holanda. En 1796 ascendió a General de División y seguí luchando en Italia y en Austria. En este país decidí la victoria de Wagran, motivo por el cual Napoleón lo nombró mariscal en 1809 y Duque de Tarento. En 1810 había llegado a España, donde se lo coloca en el frente del cuerpo del ejército de Augereau, en Cataluña. Entró en Manresa con sus hombres, tal como se ha indicado, el penúltimo día de marzo de 1811. Durante la noche, el mariscal y sus hombres incendiaron y redujeron a cenizas más de setecientas casas, cometieron asesinatos entre la población civil, así como toda clase de robos y saqueos. El incendio de Manresa fue contemplado por Mac Donald desde una colina congratulándose de la acción de sus tropas, cosa siempre insólita en un hombre de un historial militar tan importante. Mac Donald se ensañó con los manresanos porque era la primera vez que topaba con gente que no quería doblarse bajo ningún concepto.

Después de arrasar la ciudad del Cardoner, Mac Donald y los suyos hombres emprendieron el retorno en Barcelona pasando por el camino ral del puente de Vilumara, Coll del Daví, La Barata i Matadepera, para seguir para/por Sant Julià d'Altura, Sabadell y Coll de Montcada. Al pasar para|por Barata serían fustigados por los soldados, somatenes y paisanos, que consiguieron producir en los franceses un millar de bajas. Aquellos meses se vivía en constante sobresalto a causa de las incursiones de los soldados franceses que, procedentes de Barcelona, se dirigían en el momento menos pensado a atacar cualquier población buscando a algún destacado patricio. Por todo eso, el año 1811 los más comprometidos en la lucha contra los franceses se instalaron en lugares/sitios más apartados. Joaquim Sagrera, de Terrassa, tan implicados a defender estos alrededores, explicaba en una carta dirigida a un cliente de su fábrica en Tarragona, el 22 de Mayo de 1811: "Los señores Busquets tienen su domicilio al Cambio. Súria a su Molino, Galí en el Ubac, Joaquim (Galí) en Sant Llorenç, Vinyals, en Montserrat y, yo, por ahora, en Vacarisses."

SAQUEO DE LA IGLESIA DE CAN ROBLE

No parecía nada que los franceses efectuaran durante el año 1812 importantes incursiones por Matadepera, aunque transitaran por los caminos del Cambio en Manresa para desplazarse por aquella zona y efectuar el traslado de sus tropas, pero un día uno se fijó en la parroquia de Sant Joan de Matadepera de Can Roure. Era el 3 de noviembre de 1813. Un grupo de soldados entró en la iglesia , en la rectoría y las saquearon. Volvieron los días 4, 5 y 9 del mismo mes.

Ésta parece que es la última vez que los franceses se ocuparon de Matadepera y de sus alrededores, y se desconoce la fecha en que en una de sus visitas a la Barata estropearon algunos objetos religiosos, así como la urna de cristal donde se guardaban las reliquias de Sant Roc en la capilla de su mismo nombre que presidía desde el año 1622. Más adelante hizo falta construir una nueva urna y pasar las reliquias para/|por la Curia, de lo cual se ocupó el reverendo P. Francesc Ferrer, escolapio. Aquellas acciones fueron las últimas que por aquellos lugares llevaron a cabo las tropas de Napoleón.

SANT CUGAT DEL VALLÉS

El término de Sant Cugat contaba en ese tiempo con poco más de mil habitantes, repartidos entre el núcleo urbano y las masías dispersas. La influencia de la Iglesia, muy importante en toda Catalunya, lo era aún más en Sant Cugat, por estar la villa bajo el señorío del monasterio. La mayor parte de las masías estaban aisladas del núcleo de la villa, y practicaban la autosubsistencia, por lo que las celebraciones litúrgicas representaban el acontecimiento social por excelencia, y las fiestas de la Iglesia representaban la oportunidad para que los vecinos pudieran socializar, llegar a acuerdos, convenir matrimonios...Además el Estado ejercía su control sobre la población a través de los bautizos, casamientos y funerales, registrados en los establecimientos eclesiásticos.

ACCIONES DE GUERRA

La primera acción de Guerra en Sant Cugat derivó de la necesidad de los franceses que ocupaban Barcelona de asegurarse los suministros que necesitaba la guarnición en las zonas vecinas. Así, el general francés Duhesme envió destacamentos a las tierras más próximas del interior para proveerse de víveres y forraje.

El día 11 de octubre de 1808 entraba una columna de soldados franceses en Granollers con el objetivo se saquearla y hacerse con lo que pudieran. Completada la misión, se retiraron porel camino del Llobregat hacia Sant Cugat. Como precaución, un destacamento de 200 hombres se instaló en torno a la capilla de Sant Domènec, para controlar a la población y asegurar el camino de regreso.

El alcalde de Caldes de Montbui, conocedor de los movimientos de los franceses, envió un correo urgente al general Cadalgués, jefe de las tropas patriotas , que estaba en esos días en Molins de Rei con sus tropas, unos 3.150 hombres y un escuadrón de 200 húsares procedentes de Mallorca. El general decidió aprovechar la ocasión para hacer daño al enemigo, provocando un enfrentamiento por sorpresa. Repartió a sus hombres en tres columnas y marchó hacia Sant Cugat. Su llegada, el día 12, precedió por muy poco a la de los franceses, y encontró a la avanzada de éstos, que optaron por huir, a la vista de su inferioridad numérica. El área de la ermita de Sant Doménec fue ocupada por la primera columna de Cadalgués, con dos piezas de artillería, mientras las otras dos se escondían en el valle de Vullpalleres.

Cuando los franceses se enteraron, decidieron darles una respuesta. El grueso de sus tropas se dirigió hacia Sant Doménec; un batallón de infantería y 80 soldados de caballería se situaron en la parte alta de la villa, con funciones de refuerzo, y un grupo de granaderos montó la retaguardia en el cementerio de Sant Pere d'Octaviá. Al fracasar en su primer asalto a la primera columna española, que ocupaba el área de la capilla, recurrieron a la caballería para intentar apoderarse de los cañones. Pero Cadalgués les cerró el paso con los húsares, mientras que la segunda columna atacaba a los granaderos y la infantería enemiga. El descalabro de los franceses fue notable, y para proteger el convoy de suministros iniciaron la retirada hacia Montcada. Entonces entró en acción la tercera columna, empujándoles nuevamente hacia la villa, y, para no quedar entre dos fuegos, se dispersaron, huyendo, en dirección a Collserola. El resultado fue de 600 bajas francesas contra 8 muertos y 36 heridos catalanes.

Según la tradición, Cadalgués encontró las mesas de los vecinos de Sant Cugat, preparadas para la comida de los oficiales franceses, y, naturalmente, aprovechó el servicio.

"Batalla de Sant Domènec" Gravat de Josep Coromina (1822)


La villa, en conmemoración por la victoria lograda, acordó la celebración anual de una misa el día del Pilar en la capilla de Sant Domènec, acto que se mantuvo tímidamente a lo largo del siglo hasta ser olvidado.

De más ingrata memoria fue una posterior visita de las tropas francesas. Las actas capituares del monasterio señalan que se presentaron el 13 de julio de 1809, con ánimos de revancha. Saquearon las casas de la villa y robaron la plata y el dinero que encontraron en el monasterio. Afortunadamente, no llevaron a cabo el incendio con el que habían amenazado. Los monjes habían trasladado documentos y objetos de plata al monasterio de Serrateix, dejando sólo unos pocos para satisfacer a los posibles asaltantes. Los protocolos de la notaría de la villa fueron escondidos en Mura. Las casas de los monjes se llenaron de parientes y amigos que buscaban refugio, perturbando la vida monacal. Paralelamente, la resistencia clandestina pedía donativos a la villa y al monasterio, mientras que los franceses les gravaron con nuevos tributos, pero la guerra les impedía disponer de los ingresos habituales.

En 1811, los francesen se llevaron dos monjes y los encarcelaron en La Ciutadella hasta que no fueran pagados los impuestos que les debía el monasterio.

La comunidad monàstica estaba dispersa, y vivía en casas de campesinos que les acogían. Los habitantes montaron atalayas en Collserola para prevenir nuevas entradas.

Finalmente, la guerra acabó, y Fernando VII anunció su visita. Pero la comitiva pasó de largo y sólo se paró a descansar el tío del rey, que estaba indispuesto.

ACCIONES EN CERDANYOLA

En el Vallés occidental, el movimiento de resistencia al invasor se aglutinó en Terrassa, a veces con planteamientos revolucionarios, como la exigencia de un poder popular y un gobierno de los somatenes.

En los primeros días de mayo de 1808, las fuerzas del Vallés estaban concentradas en torno a Montcada y sus altos, pero, al no poder hacer frente a una columna francesa que les perseguía, tuvieron que replegarse hacia el interior. Como represalia, ante la huida del Somatén vallesano, los franceses quemaron la ermita del castillo de Montcada.

Desde Granollers, el 12 de junio, la Junta del Vallés emitió un comunicado a todos los pueblos pidiendo a los hombres del Somatén que acudiesen para la defensa contra el enemigo, formando un cordón a la altura de Montcada. A las pocas horas, el alcalde de Terrassa ya tenía 295 somatenes que habían llegado de lugares como Cerdanyola, Sant Cugat, Barberá, Santiga, etc.

El 4 de julio salió de Barcelona una división francesa con 3.500 hombres encabezados por el general Chabran, dispuestos a desbaratar los planes de los patriotas de formar el cinturón de fuerzas hostiles en esa zona. Después de tres días de combates por las cercanías de Montcada, los franceses hubieron de retirarse, vencidos y con más de 800 bajas.

Las escaramuzas continuaron, palmo a palmo, por todo el Vallés. Tropas francesas estuvieron por Cerdanyola, Ripollet, Sant Cugat, Rubí..., y tras diversos encuentros, las tropas catalanes hubieron de retirarse hacia Molins de Rey y los parajes próximos a Montserrat. Terrassa, Sabadell y todas las poblaciones vallesanas importantes fueron ocupadas por las tropas enemigas.

Al parecer, en el camino de Cerdanyola a Horta por Valldaura, cerca del Coll de Mas Bernat y en la hondonada que lleva a la Font del Frare, hubo una sangrienta acción armada, probablemente una emboscada de tipo guerrillero, en la cual los franceses fueron derrotados; ello explicaría que cuando se hizo el trazado de la carretera de Cerdanyola a Horta, se hallaran muchas sepulturas y restos de bayonetas.

Por ese hecho, los franceses tomaron represalias en los alrededores, quemando las iglesias de Sant Martí y Sant Iscle, y gran cantidad de masías, alguna de las cuales, como Can Güell, no volverían a estar habitadas.

El rector de Sant Martí de Cerdanyola se dirigía, en 1819, por carta al obispado, para exponer que "habiéndose quemado la mayor parte de los papeles de este archivo, con la casa Rectoría, en el día 12 de octubre de 1808, a la que las tropas francesas pegaron fuego; entre ellos se abrasaron los libros de Celebración".

También el rector de Sant Iscle se lamentaba en 1816 "que en tiempo de la guerra se extraviaron dl archivo de su Parroquia varias escrituras y que habiendo vacado después la Rectoría no se ha hecho nuevo inventario de libros y papeles".

ACCIONES DE GUERRA EN CASTELLAR DEL VALLÉS

Como en la mayoría de pueblos de la comarca, en donde se destruyeron o perdieron muchos testimonios documentados en ese u otros períodos convulsos, también en Castellar o sobre Castellar hay escasez de ellos. De ellos, entresacamos un par de apuntes. Así, el Dr. Camil Vinyals, Rector de la parroquia, dice en una nota escrita en el libro de Bautismos:

"Lo dia trenta demars de 1809 que era lo dijous sant comensá a passar lo exèrcit francès per esta població, cometent tota especie de maldat, homicidis, brutalitats, cremas de casas, robos, etc. Jo vaig fugir ab la Reserva, y quant vas passar a la altre part del torrent del Palau, me dispararen entre totes les vegades mes de vuitanta fusells à menos de mitg tret, y no me tocaren, (gracies al sr. que portaba). Vas encomenar la Iglesia y la casa à un coñat meu que tingué tres dias seguits los Generals en la Rectoria, exceptuant las nits que sen anaven; y desprès haguè de fugir tambè per no poder aguantar los perills y no tenir que menjar. Durà tretse dies lo trànsit per esta parròquia, y lo dia 15 que ja habia tornat, molt poca gent va regressar. De estos dias poden faltar alguns baptistes pero se trobaràn en Sant Feliu, S. Llorens, Gallifa y Granera".

Según una nota de Joan Comas, médico, parece que en otra ocasión también hicieron otra visita ingrata los franceses:

" Existían en este pueblo D. Mariano Llobet i Baixeras con otros senyores que en el año 1812 formaban una Junta que era de la Intendencia de Barcelona. A fin de sorprender dicha Junta ( y si la partida de los franceses hubiera sido sabedora de la posición topogràfica del pueblohabría cogido cuando menos al mencionado Llobet Notario) por cuanto vivía en casa Jaime Comas de la calle del calvario, y cuando él escapópor una puerta de la parte de atrás estaba ya la referida partida en la calle misma; y él tuvo que quitarse el sombrero para no ser visto por la partida que atravesaba los huertos de la misma calle, y todo lo contemplaba desde el punto llamado el Palau, de propiedad de d. Miguel Albert junto con el guía que fue José Datzira i Comas, y otro individuo que aún vive".

En 1813, a causa de los franceses, se veía el pueblo reducido a la miseria. El once de octubre de dicho año se vió en grave dificultad y el Ayuntamiento recibió una carta de conminatoria que le envió el comisario de la Guerra que se hallaba en Sabadell, en la que hacía responsables a todos los miembros de la Corporación municipal, a los comisionados y al Rector si al día siguiente no llevaban una buena cantidad de las ciento tres cuarteras de trigo y de las cuarenta y cinco cargas de vino que el pueblo debía en concepto de contribución.

Como vemos, la presión contributiva hacia las poblaciones indefensas, tanto de las fuerzas patriotas como de las ocupantes, las extorsiones a partir de la toma de rehenes y los simples saqueos, fueron una constante en la vulnerable comarca.
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